<p>Aunque su color depende del tipo de fondo donde se escondan, habitualmente es rojo-rosado o rojo-parduzco con manchas pardas. Tienen una hendidura muy marcada en la frente y una cabeza armada con espinas. Presentan un " tentáculo" en la mandíbula inferior y otro encima de la boca. Se mimetizan con el fondo, lo que les ayuda a cazar a sus presas. Se reproducen en los meses de mayo a agosto.</p> <p>Habitan en fondos arenosos y especialmente en los rocosos, entre 20 y 200 metros de profundidad. Es un pescado de costumbres nocturnas y solitarias y nunca se pesca en grandes cantidades. Se utilizan artes de palangre, anzuelo o trasmallo y rascos. Se captura todo el año.</p> <p>Poseen una carne de sabor exquisito, una vez preparados y limpios de espinas, lo cual se hace sin especial dificultad.</p> <p>Frito, a la plancha o con una ajada resulta un plato delicioso, pero también es imprescindible en los "pasteles de pescado", donde el cabracho ocupa un lugar preferente en la alta gastronomía. Es muy cotizado por su carne blanca, consistente y sabrosa. Es el típico pescado "que sabe a marisco". En Galicia hace mucho tiempo que se utilizan como sustituto de las langostas en los salpicones de marisco.</p>